Askoa descubrió el flamenco en la ciudad de Granada, gracias a unos talleres populares. La fuerza, el sentimiento y la expresión estética de este arte le impactó tanto que, como trabajadora de la danza decidió dar un giro a su estilo clásico y explorar una nueva disciplina para ella, atrapando para sí misma ese encanto, misterioso y mágico, que nace y muere en el flamenco. Con el impulso y el tesón que siempre le ha caracterizado se trasladó a Granada y Sevilla y, durante 8 años, se dedicó a buscar las raíces y las fuentes flamencas y sus entresijos más populares, para lo cual asistió a cursos, impartidos por reconocidos intérpretes como Isabel Bayón, La Farruca, Farruquito o Juana Amaya entre otros. Después de más de diez años, Askoa, a través de la universalidad de sentimientos que encierra la danza, ha conseguido encontrar su propio “duende” y hacer suya una técnica y un sonido, el del flamenco, cuyos orígenes se hunden en la historia, la vida, la pasión, el amor, el desarraigo, el trabajo, las risas o el dolor de un sentir popular. Actualmente continúa su formación en cursos especiales y clases magistrales, impartidas sobre todo en Madrid, en la Escuela Amor de Dios, con Alfonso Losa o Belén López, entre otros.